Una de las sensaciones más gratificantes de la vida es hacer feliz a los demás. Si le alegras el día a una persona, puede ser tu mejor amigo, tu vecino del cuarto, la camarera del bar de la esquina, sentirás dentro de ti como un cosquilleo, un bienestar que te hará vibrar de emoción. Para ello tienes que ser genuino, abierto y estar dispuesto a esforzarte para marcar una diferencia.
Desde luego que hay muchas formas de alegrarle la vida a alguien, pero yo me voy a centrar en cuatro:
- Hacer halagos verdaderos, sin exageraciones… vamos, en su justa medida.
- Mantén lejos de ti el egoísmo y la ambición.
- Olvida el pasado.
- Sonríe
Estoy segura que si incorporamos en nuestros hábitos reconocer los méritos de la gente que nos rodea seremos y los haremos más felices. A nadie por muy duro que sea le amarga un dulce. Normalmente damos las cosas por sabidas y no les damos evidencia, por ejemplo discutir con nuestros padres y sin embargo pocas veces agradecerles su amor y esfuerzo para educarnos y sacarnos adelante.
Te recomiendo que no solo apliques los halagos para conseguir algo a cambio, que es lo que hace la mayoría de la gente, hazlo de una forma altruista y sincera y veras como los resultados son altamente positivos.
Otra propuesta es mantener fuera de ti el egoísmo y la ambición desmedida, porque donde acaban las ambiciones sin control empieza la felicidad.
Vamos a por nuestra tercera propuesta, olvida el pasado. Ya sé que muchos diréis que eso es imposible, pero te puedo asegurar que no lo es. No serás feliz si te empeñas en llevar la carga del rencor. Así que olvida y perdona, seguro que sentirás un gran alivio
Y nuestra última propuesta sonreír… es lo más importante para ser y hacer feliz. Sonríe siempre que puedas, la gente te lo agradecerá ya verás cómo te responden con una bonita sonrisa.
Como veis son sencillas cosas, fáciles de aplicar, baratas, pero con unos resultados que estoy segura os van a encantar y hacer el camino de la vida mucho más llevadero.
Ya está bien de mezquindades, sonrisas hipócritas y malos gestos que enturbian el día a día y nos producen todo tipo de enfermedades: gastritis, dolores de cabeza, contracturas, etc. Animo y empieza hoy mismo a cambiar pequeñas cosas de tu entorno, no lo dejes para mañana, porque ese mañana nunca llega.
Como decía Mahatma Gandhi “Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo”