Ahora que se acaba el 2015, es un buen momento para hacer balance de todo aquello que nos ha pasado, que hemos vivido, que hemos saboreado.
Yo cada año que pasa lo vivo con más intensidad con más entusiasmo y me siento fuerte y feliz al pensar, que a pesar de las inclemencias de la vida, de las personas que tal vez me han podido fallar, o que yo he fallado, de todo lo negativo que puede haber a mi alrededor… en cada momento elijo como me quiero sentir y controlo como me afecta y reacciono como yo me propongo y me preparo para ello.
Hace tiempo que pase de ser víctima y regodearme de ello a ser una mujer fuerte, a pesar de mis debilidades, y no dejarme vencer por la negatividad y el mal rollo que muchos se proponen sembrar cada día.
Si hiciera un símil entre este año y un libro, aparecerían hojas llenas de luz, color, alegría. Palabras de consuelo, de ánimo, de amor, creatividad, buena energía…. Pero también existen páginas amargas, llenas de rencor, de violencia, resentimiento que me gustaría poder arrancar pero que no es posible porque han existido y tendremos que ser capaces de aprender de ellas y que no hayan sucedido en vano.
Yo necesito crecer en amor, en positividad, en las virtudes y no lo hago por lo que la gente diga de mí, por lo que puedan pensar. Lo hago por mi interior, porque sencillamente mi alma necesita armonía y paz para vivir.
Amigos el tiempo es un tesoro invaluable y yo me niego a no vivirlo cada día, el ahora mismo.
El pasado es para recordarlo como un gran maestro del cual debemos aprender, pero no montar nuestra tienda de campaña y vivir allí continuamente. Tampoco quiero estresarme con el futuro, ¿Qué pasara? ¿Qué me ocurrirá?
Si vivir en el pasado es perder el tiempo, vivir en el futuro es una perdida desgastante y una gran mentira porque la mayor parte de las cosas que nos preocupan nunca suceden.
Vivir el aquí y ahora con plenitud, saboreando, cada momento es un regalo, un gran regalo. No lo podemos guardar en el bolsillo para después, porque a lo mejor luego es demasiado tarde. Así que lo que nos queda por hacer es valorar, actuar y agradecer. Cada mañana agradece el nuevo día, nublado, soleado, como sea pero es el día que tienes. Cada día agradece tu capacidad de ver, de oír, de hablar, de oler, de sentir y de vivir. Cada día valora y abraza a tus seres queridos, tu familia, tus amigos, tu pareja, tus mascotas.
Cada día pregúntate: ¿Este paso que estoy dando me acerca al destino que quiero vivir? O estoy perdiendo un valioso día de mi hermosa vida.
FELIZ 2016! (SMILE) ME GUSTAS YA SIN HABERTE CONOCIDO!