Cada día y con mas frecuencia escucho: “no tengo tiempo” “me faltan horas al día” “me gustaría hacer … pero no encuentro tiempo”, “me da mucha rabia no tener tiempo para mí”.
Es curioso que esta época donde cada vez tenemos menos hijos, más comodidades, más aparatos y electrodomésticos destinados a hacer nuestra vida más fácil, resulta que de tiempo es de lo que mas carecemos.
La gente que mas me conoce, mis amigas, mis compañeras me preguntan que como puedo hacer tantas cosas y no morir en el intento. Yo les contesto que es una cuestión de organización y que no me gusta perder mi tiempo en actividades o temas que no me aporten algo, me hagan sentir bien, que me hagan crecer como persona. Y sobre todo que he aprendido a delegar.
Yo te pregunto: ¿ara qué no tienes tiempo? ¿qué es eso que quieres hacer para lo que no tienes tiempo? Las afirmaciones genéricas “no tengo tiempo” son coletillas del lenguaje pero sirven de poco. Ni identifican la causa del problema, ni nos dan una solución. Y tampoco que la tierra gire más lenta.
Vivimos en una sociedad sobre-estimulada. Estamos constantemente bombardeados por todo tipo de reclamos. Los medios de comunicación, las redes sociales, cursos, talleres, másteres, etc. Somos, sin duda, la sociedad más formada e informada de la historia. Esto hace que nos hayamos criado con una necesidad enorme de saber, hacer y tener nuevas cosas casi constantemente. Pensamos en qué aprender, qué leer, qué comprar…Todo eso está muy bien, pero precisamente esta superabundancia de oferta, no nos deja tiempo para lo más importante. Pararse a PENSAR.
Aquí te dejo unas sugerencias para que te ayuden a controlar y organizar mejor tú tiempo:
- Organizate:La organización es imprescindible para ser eficientes. Dedica tiempo a planificar y sobre todo guarda parte de tu tiempo para las cosas importantes pero no urgentes. Márcate objetivos mensuales y semanales para cada uno de tus proyectos.
- Acostúmbrate a hacer menos cosas: El tiempo es finito. Las actividades que podemos hacer deberían serlo también. Piensa en aquello que quieres hacer hoy y sobre todo piensa en lo que puedes prescindir.
- Utiliza las tecnologías por ejemplo para hacer la compra mensual, ahorraras un montón de tiempo, te lo digo por experiencia. Utiliza la agenda del móvil, o la agenda de toda la vida y saca de tu cabeza citas, anotaciones, planificación, etc. Te sentirás muy aliviado y ligero de mente.
- Busca, reivindica y encuentra tu momento. Deberías tener un espacio en tu día que fuera exclusivo para ti. Pero un momento de verdad. Puede ser al principio del día o cuando llegue el final del mismo.
- Practica el arte de delegar no trates de hacerlo tu todo
- Dedica un rato a pensar cómo puedes hacer tu vida más fácil. Se creativo, piensa en nuevas formas de hacer las cosas, o simplemente, deja de hacerlas.
- Recupérate No estamos hechos para operar de manera seguida durante mucho tiempo. Desconecta cada 90-120 minutos, por ejemplo, realizando 5 minutos de meditación o respiraciones. Serás más eficiente y productivo.
- No pospongas: Lo que tengas que hacer, hazlo ya. No lo dejes para mañana.
- Ordena:El orden es indispensable para poder ser organizados y no “perder tiempo”. Dedica tiempo para tener tus cosas, tanto en el trabajo como en casa, en orden.
- Disfruta:La actitud es muy importante para todo, también cuando nos falta tiempo. Si vamos corriendo y encima de “mal humor”… estamos perdidos.
Si aún no has leído Momo de Michael Ende deberías hacerlo y darte cuenta de que el tiempo no se pierde ni se gana. El tiempo es lo que tu quieras hacer con el, pero si tratas de hacer todo, al final acabará convirtiéndose en tu peor enemigo.
Por lo tanto, Haz menos y disfruta más.