Hace unos años le diagnosticaron a mi madre Alzheimer, y a pesar de que soy una persona positiva, de momento una gran nube oscureció mi vida. Cuando el médico me lo estaba diciendo, no me lo podía creer y sin querer me vino a la mente, la imagen de la madre de una amiga que por desgracia está en fase terminal.
Fue muy duro porque encima tenía que sonreír y demostrar que todo estaba bien. El viaje de regreso a casa fue un calvario, y un recorrido que apenas son unos metros, me pareció una eternidad. Las lágrimas se agolpaban en mis ojos, una enorme congoja me oprimía la garganta y casi no me dejaba respirar. Mi madre sonreía y ese día estaba especialmente graciosa, ajena a todo lo que estaba ocurriendo. Yo, como buena actriz aficionada, hice muy bien mi papel y ella no notó nada.
En mi vida siempre he deseado tener un hermano o hermana, fíjate, que cuando era pequeña me los inventaba!. Ese día lo deseaba con todas mis fuerzas tener a alguien que compartiera conmigo lo que estaba sintiendo. Pero no estaba sola, Dios estaba conmigo y me hacia fuerte.
Cuando ya estuve a solas lloré hasta quedar extenuada y durante algunos días apenas podía dormir. Pero un día me levanté y dije: Se acabó, ya está bien de lágrimas y compadecerme, ahora toca ponerse en marcha y así lo hice: busque información de distintas fuentes, me hice socia de AFAV (Asociación
Familiares Alzheimer), encontré a Coral Ariño, una neuropsicóloga que le ayuda semanalmente a ejercitar su memoria. Pero sobre todo me propuse que los años que le quedaran de vida, YO SERÍA SU MEMORÍA y no le faltaría nada para ser feliz y disfrutar de todo lo que ella quisiera.
Comparto sus cuidados, que todavía no son muchos, con Tere que lleva en su casa mas de 14 años, con Lili que me ayuda esporádicamente cuando yo no estoy y por supuesto mi padre que está haciendo un gran papel, a pesar de que mi madre lo tenía muy consentido. Al principio me cargue yo toda la responsabilidad, pero me di cuenta que era mas inteligente compartir para poder tener todos una mayor calidad de vida.
Como veis, convertí algo negativo en positivo, y gracias a esto, estamos pasando los mejores años de nuestra vida. Reímos, jugamos, nos abrazamos y hacemos cosas que antes no hacíamos. Tengo mas paciencia que nunca, soy mas alegre que nunca, vaya que estamos normalizando una situación que de otra manera seria muy triste y cruel.
Si alguien lee estas palabras y necesita consuelo, animo, consejo, que no dude en ponerse en contacto conmigo. Es más llevadero cuando las cosas se comparten.